Reflexión 329
Uno de los aspectos en que se fundamenta la co-dependencia, es el miedo y, a fuerza de vivir inmersos en él día tras día, año tras año, terminamos por tomarlo como algo “normal”.
El miedo puede habernos sido en aquella situación para sobrevivir, para salir adelante. Ahora que estamos en el camino de la recuperación, podemos dejarlo ir.
Es conveniente diferenciar los miedos entretejidos en nuestro interior cuando éramos co-dependientes, del miedo auténtico que podemos sentir hoy ante una amenaza real que se nos presente.
No cabe el temor ni el miedo al fracaso cuando estamos seguros de:
• quiénes somos,
• adónde nos dirigimos,
• nuestra conexión con la totalidad, ya se llame energía cósmica o Dios,
• contar con un enorme potencial de desarrollo,
• conocer nuestro inventario personal de las herramientas que nos van a permitir aprender, amar y trascender,
• que nuestra vida tiene un sentido
• conocer nuestra Misión,
• contar con un Proyecto de vida personal actualizado,
Demos las gracias a nuestros miedos viejos, y aprendamos a vivir dentro de la paz, la tranquilidad, la seguridad, que nos da el tener la certeza de que somos capaces de cuidar de nosotros mismos. Ya nos hemos comprometido a ello, vamos a cumplirlo.