En España, durante los meses del confinamiento màs estricto, surgieron muchas anécdotas. Les contarè algunas de ellas que llamaron mi atención.
En un barrio de clase media se podía salir a comprar comida, medicinas, y a pasear al perro. Los habitantes de un. edificio donde había 12 departamentos, se ayudaban unos a otros, avisando si iban a ir a la farmacia o al Super. para traer algo que se les ofreciera a los demás. Esta solidaridad alivianó mucho las cosas
Los vecinos notaron que un señor que vivía en el primer piso, andaba siempre de buen humor porque salìa muchas veces a pasear a su perro. que no era de una raza llamativa ni muy especial, podríamos decir que era “corriente cruzado con de la calle”. Procedieron a pedirle que les permitiera a los demás llevar al perro a pasear con tal de salir. El vecino dijo que les pediría una “compensaciòn económica” . y todos aceptaron
Asì que el perro salìa doce veces a pasear y todos felices.