Tal vez sirvió nuestra energía para que se nombrara a un Papa que pueda enfrentar la difícil tarea que le espera al líder de la iglesia católica.
Había elementos adversos: No estaba como favorito en las quinielas, los jesuitas han sido por largo tiempo marginados del poder en el vaticano, la sombra de sus relaciones con la antigua dictadura argentina pesaba mucho. Por otro lado, los jesuitas son considerados como la orden mejor preparada. Dedicados a la educación durante siglos, tienen una capacidad formativa muy amplia. Sin innovadores y reformadores, no le tienen miedo a los cambios, los propician y abrazan con determinación.
Todo tiene su lado luz y su lado sombra, y considero que en esta ocasión pesa más los aspectos positivos que los negativos.
La forma en que salió al balcón a saludar a los fieles, sin grandes elementos decorativos, sin una cruz llena de piedras preciosas, repujada en oro. El diálogo coloquial, inusual entre los mandatarios de la iglesia católica, iniciado con un saludo de buenas noches y una frase de despedida. La sencillez de sus palabras, el tono cálido y festivo de su voz. El haber mostrado humildad para pedir a los fieles que hicieran una oración por él, pedir silencio e inclinar la cabeza, antes de que él les diera la bendición, todo ello llegó a millones de personas como una chispa de esperanza.
Podrán decir que pedir una oración por el Papa emérito es una acción diplomática, y que todo puede estar muy bien estudiado, y tal vez tengan razón.
Ahora que, cuando en México, y en muchos otros países, vemos a los Cardenales y Obispos desplazarse en grandes autos último modelo, vestir ropas bordadas en oro hasta la saciedad, adornarse con crucifijos y anillos lujosísimos, asistir a banquetes y festejos especiales (como la fiesta taurina) siempre en primera fila, cobrar un dineral por su participación en ceremonias, etc., el escuchar que este Papa se desplazaba en transporte público, que iba a impartir misa a barrios populosos, que vivía con sencillez, es algo que nos parece imposible.
He conocido a varios sacerdotes jesuitas a quienes admiro como elementos valiosos para su congregación y para todos los que viven a su alrededor, a quienes agradezco el haber sido parte de mi formación espiritual y psicológica en una etapa de mi vida. Sé que también hay unos pocos que no son un modelo óptimo de desempeño.
Me quedo con la capacidad de sincretismo que han practicado desde siempre. Recordemos que a México llegaron en 1572 y fueron expulsados en forma súbita e inapelable el 25 de junio de 1767, por decreto de Carlos III, Rey de España.
En 1645, la Compañía tenía en México 401 jesuitas, de los cuales unos atendían dieciocho colegios y otros, parroquias o misiones. La labor misionera se inició a partir de 1591 en la periferia de México, al oeste y al norte de la República, muchas veces pagando el precio del martirio. Entre otras muchas, hubo misiones en Sinaloa, Chínipas, Tepehuenes, Tarahumara, Pimería y California.
Los jesuitas regresaron en 1813 y su labor educativa los ha caracterizado desde entonces. Los invito a investigar y a visitar las universidades y colegios que fundaron y construyeron en varios estados de la República Mexicana, y a apreciar la labor que están desarrollando en la actualidad.
Es imposible mencionar a todos los eminentes jesuitas que han trascendido, y sólo voy a mencionar a Anthony de Melo, S.J. y a John Powel, S.J., que tanto han influido en miles de personas para superarse y mejorar su calidad de vida.
Hagamos un voto de fe para que vengan cambios urgentes, vitales, imprescindibles, para la iglesia católica, modificaciones conceptuales y conductuales de sus líderes, que traigan esperanza a los millones de pobres y desamparados del mundo. Pidamos porque los sacerdotes salgan de sus nidos lujosos y convivan con el pueblo, coman y duerman con él, sufran y se alegren con él, enseñen, eduquen y formen, no sólo con la palabra sino con el ejemplo.
Confiemos en que este Papa tenga la sabiduría de no emprender cruzadas medievales contra el aborto, los homosexuales, y todos los temas controversiales de ese tipo que existen en la actualidad. Es el momento de unir, de sumar, de ganar-ganar, de elevar la calidad de vida de los fieles en todos los sentidos.
Consultar:
www.catolicos.com/jesuitasmexico
Libros Editorial Sal Terrae:
Anthony de Melo, S.J.
* Autoliberación interior * Un minuto para el absurdo * La oración de la rana
* El canto del pájaro * ¿Quién puede hacer que amanezca?
John Powel, S.J.:
* ¿Por qué temo decirte quién soy? * Amor incondicional * ¿Por qué temo amar?
* El enigma del yo * Plenamente humano, plenamente vivo * Así es la música
Ver la película británica «La Misión», con Robert De Niro, Jeremy Irons y Ray MacAnally, que obtuvo varios premios (Oscar, Bafta, Globo de Oro, Cannes) por su fotografía, actuación secundaria y música de Ennio Morricone.