Renovación 108
En algunas ocasiones nos aferramos a una relación porque llena el rol que necesitamos para que se cumpla nuestro Argumento de vida (AT), esto es una programación de vida inconsciente que seguimos sin percatarnos y que, por supuesto, tiene un final negativo.
Lo opuesto al Argumento de Vida es un Proyecto de Vida consciente, donde nosotros establecemos metas y plazos para cumplirlas. Formamos una pareja con alguien que tenga su Proyecto de vida definido, y entre los dos diseñamos un proyecto de pareja, y si queremos hijos, un Proyecto de familia.
Si estamos en una relación destructiva, en que uno controla, restringe, critica, manda, castiga, maltrata en cualquier forma: verbal, psicológica, mental o físicamente, y la pareja sufre y se somete, es posible que al tiempo que la persona abnegada dice a todo que sí, esté reprimiendo un enojo enorme y cosechando un rencor que va a cobrar su precio algún día.
La primera palabra asociada con el amor es el respeto. Si yo no te respeto como ser humano, libre, autónomo, independiente, con tu Proyecto de vida individual que yo apoyaré en todo lo que pueda para que tú puedas cumplir tus metas, entonces no te amo, te necesito, estoy obsesionado(a) contigo, con que seas mi mujer o mi marido (como una pertenencia) y, por lo tanto, haré todo lo posible para que no crezcas, no te superes, no seas tú misma(o), sino la persona que yo quiero que seas.
Si las cosas están así, es conveniente buscar ayuda profesional calificada, o de los grupos de apoyo para salir de relaciones destructivas.
Hay un libro al respecto titulado “No se obsesione con el amor” de Susan Forward y Craig Buck, Editorial Debolsillo. Todos los libros de Forward son magníficos, ya que abordan relaciones de pareja y de padres-hijos, y da muchos ejemplos de casos reales.
“A la única persona que puedo cambiar es a mi mismo”