OPTIMISMO (2)
¿Por qué es conveniente ser optimista?
Ya vimos que el optimismo es una actitud que va a influir en la percepción que tenemos de los estímulos externos e internos, y en el procesamiento mental y emocional que llevemos a cabo de esta percepción.
Todo mundo sabe la cita del vaso medio lleno o medio vacío, que plantea las dos posibilidades de percibir una misma realidad. La óptica con que la persona aborde esa realidad, que puede ser un evento doloroso o algún estímulo negativo o estresante, va a generar cambios bioquímicos en su organismo, los que a su vez, van a establecer variables que afectarán su conducta.
Se han realizado muchas investigaciones científicas de cómo el optimismo puede favorecer la recuperación de la salud en forma más rápida y duradera, el fortalecimiento del sistema inmunológico, el logro de metas realistas, aún las de alto grado de inversión en esfuerzo, tiempo y compromiso. Si quieres más información científica visita la página web de la Clínica Mayo.
También, por desgracia, la ausencia de optimismo, y el caer en el pesimismo, puede ser nocivo en muchos aspectos. En lugar de hablar teóricamente, voy a hacer referencia a un artículo que salió en la página 24 del periódico El País, el sábado pasado, titulado “PANDEMIA DE PESIMISMO”, en el que el catedrático de la carrera de psicología en la Universidad Complutense de Madrid y Presidente de la Sociedad Española de Ansiedad y Estrés, Dr. Antonio Cano Vindel menciona: “el bombardeo de malas noticias extiende las emociones negativas”. Cito textualmente, ya que aunque el Dr. Cano fue mi maestro cuando estuve en la Complutense, la corriente a la que pertenezco no habla de emociones negativas sino de emociones displacenteras.
De todos es conocida la difícil situación por la que está atravesando España. Se habla de una depresión económica muy fuerte y de estar acercándose mucho a la situación crítica que vive Grecia. El nivel de desempleo de jóvenes con preparación universitaria, con maestría y diplomado muchos de ellos, se ubica sobre el 50%, y el laboral en general afecta a un cuarto de la población.
El Dr. Antonio Cano dice: “la información amenazante como la posibilidad de despidos, genera ansiedad y el aumento del desempleo, tristeza La crisis ocasiona cambios en el estilo de vida y en las emociones. Hay tres que son estables: ansiedad, ira y depresión. La primera surge cuando tememos que suceda algo malo, por ejemplo, el miedo a perder el empleo. Cuando eso ocurre, aparece la ira por vernos en esa situación y llega la tristeza por la pérdida, que suele ser un paso para la depresión”.
En dicho artículo opinan varios psiquiatras, sociólogos y psicólogos sobre el pesimismo y aportan datos muy interesantes. Puedes consultar el periódico en internet. www.elpais.com. Vale la pena. Allá querían un cambio en las elecciones y dieron un giro de la izquierda socialista a la derecha recalcitrante. Ahora los ciudadanos se sienten mal por el cambio y culpables de la situación. ¿Qué pueden hacer? Tienen la oportunidad de encontrar lo “bueno en lo malo” y de pensar positivamente para generar la sinergia positiva que los ayude a salir de la difícil situación en que se encuentran.
¿Conoces casos en que el optimismo haya sido la diferencia para resolver situaciones difíciles o dolorosas? ¿Con qué frecuencia caes en el pesimismo? ¿Hay algunas circunstancias que facilitan que veas la vida a través de ese cristal opaco? Reflexiona sobre la forma en que percibes la realidad y constata si los demás la ven en forma parecida. Hay mucho que podemos mejorar en este sentido.