El pasado miércoles 11 salió publicado en el periódico El País un artículo firmado por Gabriela Cortés, sobre este tema.
Comentaba la reportera que la Asamblea Nacional de Francia está debatiendo sobre el derecho a una muerte digna para los enfermos terminales que sufren intensos dolores.

La propuesta es sobre la aplicación de sedantes que faciliten el tránsito por esa última etapa, además de retirar todo tipo de tratamiento que prolongue artificialmente la vida.

El requisito para aplicar la sedación es que sea una decisión expresa y manifiesta del enfermo, y que su deseo prevalezca sobre la opinión del médico. El medio para ello es que el enfermo firme un testamento vital donde apruebe las medidas relativas a la sedación.

No se trata de aplicar la eutanasia, esto es, de acelerar la muerte, sino de hacer de la espera un recorrido sin dolores insoportables.