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# YO ME QUEDO EN CASA (30)

En algunas partes ya están en el proceso de establecer medidas para salir, poco a poco, del confinamiento al que nos hemos visto sometidos estos últimos meses.

En México, donde no tenemos certeza ni información sobre la situación de la pandemia del Covit19, algunos por necesidad de sobrevivencia de sus familiares, otros por alguna emergencia médica, ya hemos tenido que salir de casa.

En mi caso fui al dentista. Era imprescindible e impostergable, Note que la sensación de salir de casa después de 80 días encerrada, no fue de alegría, o de libertad, fue de MIEDO.  Un miedo irracional, plagado de desconfianza sobre las personas a mii alrededor y sobre si había yo tocado algo que pudiese estar contaminado. Pensé que era porque soy escrupulosa hasta el infinito sobre las cosas que han entrado a mi casa (ninguna persona por cierto), y las desinfecto con alcohol puro, cloro o desinfectantes comerciales, agua y jabón, etc.

Mi sorpresa fue que al comentar esto con vecinos y amistades resultó que no soy la excepción: formo parte de un nutrido grupo de personas que salen del confinamiento al que se han sometido (en el caso de México, VOLUNTARIAMENTE), y se sienten tan incómodas que solo quieren regresar a casa, quitarse todo lo que traen puesto, lavarlo, desinfectarlo y volver a retomar su zona de confort donde se sienten seguras ante el virus.

Es todo un síndrome que conlleva todos los síntomas del estrés, por lo que es conveniente manejarlo y eliminarlo.  Volver a la “normalidad”” es imposible, porque las circunstancias han cambiado: lo que era “normal” antes de la pandemia, ya no lo es ahora. Estamos ante una situación diferente que exige respuestas diferentes: ES NECESARIO APRENDER A CONVIVIR CON EL VIRUS, QUE SEGUIRÁ PRESENTE EN NUESTRO HBITART, AÚN NO SABEMOS POR CUANDTO TIEMPO.

Hay actividades que se tienen que reanudar, no hablo de volver a las clases presenciales en las escuelas o institutos, sino de todas aquellas que conducen a una economía sana y productiva. Por cierto, el ir a inaugurar obras inviables, improductivas, onerosas y que dañan al medio ambiente, no conduce a una economía sana y productiva, ni es necesario ni aconsejable. ¿Cuál es el objetivo? ¿A quiénes se está exponiendo al contagio?, Es indispensable PENSAR, ANALIZAR, PRIORIZAR, Y DECIDIR QUÉ ES LO MÁS CONVENIENTE PARA NOSOTROS Y LOS QUE NOS RODEAN.  

El contacto social puede empezar si se toman en cuenta las medidas de protección básicas; cubre-bocas y una sana distancia entre las personas. Volver a ver a nuestros familiar4es y amigos, sentir su energía y cariño, puede ser muy positivo para el sistema inmunológico.

Es importante que el proceso de ”des-confinamiento” sea paulatino y progresivo: poco a poco, un paso a la vez y solo avanzar cuando nos sintamos listos para el siguiente.

¡ADELANTE! ¡POCO A POCO CON PASO FIRME Y SEGURO!

 

nuevos libros

famliar enfermo

En forma breve y sencilla, la autora nos brinda elementos para que nuestra actitud ante una enfermedad grave, o situación crítica de un familiar, que nos mantiene inquietos y expectantes, sea la más indicada para colaborar a que él recupere la salud.

En este libro encontramos orientación sobre cómo:

  • Mantener nuestra salud mental y física en buen estado para poder ayudar a que nuestro familiar enfermo recupere la suya, ya que: nadie puede dar lo que no tiene.
  • Manejar, en forma asertiva, el estrés que la pérdida de salud de nuestro ser querido nos está generando.
  • Sostener una actitud positiva ante la situación adversa.
  • Establecer una comunicación efectiva con el equipo de salud (médicos, enfermeras, trabajadoras sociales, voluntarias) y con los demás familiares, para integrar un grupo armónico al que une el mismo interés: el bienestar y pronta recuperación del enfermo.
  • Cerciorarse de que estamos manejando la energía física, mental y espiritual en forma óptima.
  • Hacer ejercicios de manejo de energía a distancia para ayudar a nuestro enfermo a fortalecer la suya.

 

EXCESO DE MEDICAMENTOS

Recibí una carta de una conocida en que me comentaba lo siguiente:

Mi tío Agustín se encontraba bien de salud, hasta que su mujer, le dijo:
– Agustín, vas a cumplir 70 años, es hora de que te hagas una revisión médica.
-Y para qué? si me siento muy bien, contestó él.
-Porque la prevención debe hacerse ahora, cuando todavía te sientes joven.

Mi tío acudió con el médico, quien le mando hacer análisis de todo y le recetó:
Atorvastatina para el colesterol,
Losartán para el corazón y la hipertensión,
Metformina para prevenir la diabetes,
Polivitamínico, para aumentar las defensas.
Desloratadina para la alergia.
Como los medicamentos eran muchos y había que proteger el estómago,
le indicó Omeprazol.

A la segunda revisión, el médico lo notó tenso y algo contracturado, decía mi tío que era por no recordar a qué hora debía tomar la pastilla de qué color, por lo le recetó Alprazolal (ansiolítico) y Sucedal para dormir.

Mi tío se resfrió, por lo que el médico le añadió Tabcin día y noche y Sanigrip con efedrina, más un antibiótico, Amoxicilina de 1 gr. cada 12 por 10 días. Como le salieron hongos y herpes, le indicó Fluconol con Zovirax.

Por curiosidad, mi tío se puso a leer las precauciones, efectos colaterales, etc., de todos los medicamentos que estaba tomando y se asustó muchísimo, por lo que fue con el doctor, quien le mandó un antidepresivo Sertralina de 100mgs. Como le dolían las articulaciones le mandó diclofenaco.

Al poco tiempo, mi tío murió y todos en la familia pensamos que si no hubiera tomado ninguna de todas esas medicinas, y hubiese seguido con su régimen sano, comiendo pollo sin piel, pavo, lentejas, ejotes y alubias, aceite de oliva, frutas, verduras de todos colores, poca sal y nada de azúcar refinada, tomando cada día su copita de vino tinto cabernet sauvignon, además de agua pura en abundancia, y caminando 6 mil pasos diarios, tomando su tazón de leche caliente con miel de abeja al acostarse para los resfríos, estaría vivito y coleando.  ¿Tú que opinas María? 

Le respondí a mi amiga que pienso que es factible que si su tío hubiese seguido su vida tranquila y relajada, comiendo en forma saludable, haciendo ejercicio y, sobre todo, tomando su copita de vino tinto, o de tequila según he visto que muchos ancianos hacen en México y les funciona bien, seguiría viviendo sin preocuparse ni obsesionarse por el deterioro normal de la edad.  Le dije que el hubiera no existe, lo único que nos queda es el aprendizaje. ¿Qué tan aprensivos somos respecto a nuestra salud?  ¿Queremos corregir con medicamentos nuestros excesos y desórdenes en la alimentación, la falta de ejercicio, el mal manejo del estrés que practicamos?   Vale la pena reflexionar sobre este punto, por eso comparto parte la carta de mi amiga con ustedes.

Nervios de acero

Vi el partido final de la UEFA Champions League, en la que se enfrentaron el Chelsea (Inglaterra) contra el Bayern Munich (Alemania). Eso es futbol y lo demás son cuentos.

Cuando un equipo anota un gol en los últimos momentos de un encuentro, se entiende que no se da por vencido, que lucha hasta el último minuto literalmente, que sabe que la esperanza es lo último que muere cuando estás luchando por conseguir lo que quieres. Así lo hizo el Chelsea cuando empató el partido y se fueron a tiempos extras. La entrega y hambre de triunfo de los dos equipos era notoria y estaban contra reloj.

Considero que los ingleses tuvieron un manejo del estrés proveniente de un enfrentamiento definitivo como el que estaban viviendo, mucho más asertivo que los alemanes, lo cual se hizo más notorio a la hora de cobrar y parar los tiros penales.

El autocontrol, el manejo de impulsos, la canalización del miedo, una actitud positiva, haber programado segundo a segundo las jugadas que te pueden llevar al éxito, el manejo de la frustración la capacidad de perseverar ante la adversidad, la automotivación, todo esto lleva a los jugadores a tener “unos nervios de aceroy a triunfar. Ayer lo vimos.

Me acordé cuando en 1986, en el Campeonato Mundial de futbol, jugaron en el estadio Cuauhtémoc de Puebla, México, un partido de cuartos de final, España contra Bélgica. El 97% del estadio estaba con España, era impresionante los cánticos, banderas, himnos, y todas las muestras de apoyo que recibieron los jugadores iberos. Se fueron a tiempos extras y a penales, y supe que iban a perder. ¿Por qué? Porque ellos sentían una predisposición hacía los cuartos de final lo que les generaba emociones displacenteras  y sentimientos negativos ante lo que podía pasar.

Además, los minutos antes de empezar a disparar los penales, los del equipo de Bélgica estaban acostados sobre el pasto, relajándose y concentrándose, mientras los españoles atendían a reporteros y fotógrafos, con una cierta actitud de “somos mejores”. Fueron eliminados. 

Lo sentí por Butragueño, un caballero en la cancha, un compañero solidario, un deportista inolvidable, a quien recordé cuando Didier Drogba, jugador del Chelsea, abrazó y consoló a un jugador del Bayern Munich que había fallado un penal, mientras sus compañeros vivían la euforia del triunfo. La deportividad de ambos es un ejemplo de una conducta positiva y un modelo a seguir por jóvenes, jugadores o no.