Renovación 271
¿Estamos involucrados en algún juego psicológico?
Según el Dr. Eric Berne, en el capítulo V de su libro “Juegos en que participamos, los juegos psicológicos son una serie de transacciones ulteriores, complementarias, que progresan hacia un resultado previsto y bien definido. Contienen esencialmente una motivación oculta, cuya carácter ulterior formula una serie de jugadas con una trampa que, cuando es fructífera, provee al jugador de una serie de seudo-beneficios que ratifican su necesidad de ocupar su tiempo, obtener reconocimientos y caricias que reafirmen su Posición Existencial etc., y obteniendo al final una reafirmación de sus Emociones y sentimientos.
El Dr. Eric Berne (1910-1970), fue el creador del Análisis Transaccional, teoría y técnica de la psicología individual y social, y el análisis de los juegos psicológicos es una de las diez herramientas con que se puede conocer cómo está estructurada nuestra personalidad y cómo nos relacionamos con los que nos rodean, entre otras cosas. Pueden bajar su libro en forma gratuita en internet.
Los juegos se aprenden en la infancia y se juegan inconscientemente.
En los juegos psicológicos hay un primer, segundo y tercer nivel. Los juegos que pertenecen a este último grado, son los que terminan en muerte, hospital o cárcel.
Cuando jugamos a juegos como “Pobrecita de mí”, “Pata de palo” o “Mira lo que me obligaste a hacer” por ejemplo, se nos puede pasar la mano y terminar con un cáncer o una enfermedad terminal en el hospital.
Salirnos de estos juegos, o los que nos hayan llevado a perder la salud, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.
De nada servirán tratamientos médicos, quimios, radiaciones, si nuestra Posición Existencial no cambia y no modificamos el Argumento de Vida hamártico que estamos poniendo en práctica.
Si nosotros no somos los enfermos y si hemos jugado a algún juego psicológico con la persona afectada, es necesario que nos salgamos del juego y le demos nuestro apoyo y cariño en una forma asertiva, no reafirmando sus patologías, sino relacionándonos con las partes sanas de su personalidad.