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Diciembre 27 del 2014

Renovación 362

Es válido pedir ayuda si nos sentimos débiles, cansados, o no sabemos qué hacer, y es importante saber a quién recurrir.

Puede haber personas que nosotros esperamos que nos ayuden porque nos une algún lazo familiar o de amistad, y ellos no pueden, no saben, o no quieren ayudarnos. Aceptemos esa situación como una realidad y encontremos el apoyo o la ayuda en otro lado, con otras personas.

Si nosotros hemos sembrado, lo más probable es que podamos cosechar algo del apoyo que hemos brindado en el pasado, sin olvidar que existe la posibilidad de que alguien sea ingrato en ese sentido.

La ayuda llega a veces de las personas que menos imaginamos, de alguien a quien no hemos apoyado antes, alguien generoso y noble que tiene para dar y dar.

Por eso es conveniente que nos rodeemos de personas sanas que puedan dar y recibir amor sin problemas.

Vamos a aceptar la ayuda con gratitud y, cuando sea nuestro turno de dar, vamos a dar apoyo y aliento con alegría y prontitud.

diciembre 16 del 2014

Renovación 351

Vamos a reafirmar si ya hemos aprendido a dar y a recibir.

Podemos dar nuestro tiempo, cariño, amor, esfuerzo, dinero, apoyo, energía, en la medida en que nos sintamos satisfechos y los demás, también, porque lo hacemos sin que exista ningún interés ulterior de control, búsqueda de reconocimiento, agradecimiento, o necesidad de crear o mantener lazos de codependencia.

El dar y recibir es parte de una dinámica de flujo constante. Es sano y gratificante per se. No damos por obligación, culpa, lástima o vergüenza, damos sanamente porque nos nace hacerlo.

También es importante saber recibir sin sentir culpa, vergüenza o minusvalía. Saber que merecemos apoyo, cariño y bienestar sin tener que pagar penitencia por ello.

Recordemos que “cada vez que hago algo por alguien que puede hacerlo por sí mismo, le estoy impidiendo crecer”. Esto puede variar desde llevar el auto de los hijos al taller mientras ellos pasean, pagar sus cuentas aunque tengan 30 años, despertarlos por la mañana varias veces para que vayan a trabajar, etcétera, hasta darles una extensión de nuestra tarjeta de crédito, para así enterarnos de lo que están gastando, a pesar de que tienen un empleo fijo desde 10 años atrás. Cuando son pequeños, significa ayudarlos a vestirse cuando ya tienen 6 años y podrían hacerlo por sí mismos, partirles la carne, recoger sus juguetes, etc. Todo eso no es cariño, ni ayuda, es control y codependencia.

Mantener un flujo sano en el dar y recibir facilitará relaciones sanas con quienes nos rodean.

Septiembre 27 del 2014

Renovación 271

¿Estamos involucrados en algún juego psicológico?

Según el Dr. Eric Berne, en el capítulo V de su libro “Juegos en que participamos, los juegos psicológicos son una serie de transacciones ulteriores, complementarias, que progresan hacia un resultado previsto y bien definido. Contienen esencialmente una motivación oculta, cuya carácter ulterior formula una serie de jugadas con una trampa que, cuando es fructífera, provee al jugador de una serie de seudo-beneficios que ratifican su necesidad de ocupar su tiempo, obtener reconocimientos y caricias que reafirmen su Posición Existencial etc., y obteniendo al final una reafirmación de sus Emociones y sentimientos.

El Dr. Eric Berne (1910-1970), fue el creador del Análisis Transaccional, teoría y técnica de la psicología individual y social, y el análisis de los juegos psicológicos es una de las diez herramientas con que se puede conocer cómo está estructurada nuestra personalidad y cómo nos relacionamos con los que nos rodean, entre otras cosas. Pueden bajar su libro en forma gratuita en internet.

Los juegos se aprenden en la infancia y se juegan inconscientemente.

En los juegos psicológicos hay un primer, segundo y tercer nivel. Los juegos que pertenecen a este último grado, son los que terminan en muerte, hospital o cárcel.

Cuando jugamos a juegos como “Pobrecita de mí”, “Pata de palo” o “Mira lo que me obligaste a hacer” por ejemplo, se nos puede pasar la mano y terminar con un cáncer o una enfermedad terminal en el hospital.

Salirnos de estos juegos, o los que nos hayan llevado a perder la salud, puede ser la diferencia entre la vida y la muerte.

De nada servirán tratamientos médicos, quimios, radiaciones, si nuestra Posición Existencial no cambia y no modificamos el Argumento de Vida hamártico que estamos poniendo en práctica.

Si nosotros no somos los enfermos y si hemos jugado a algún juego psicológico con la persona afectada, es necesario que nos salgamos del juego y le demos nuestro apoyo y cariño en una forma asertiva, no reafirmando sus patologías, sino relacionándonos con las partes sanas de su personalidad.

Mayo 21 del 2014

Renovación 142

No estamos solos.

Tal vez nos hemos sentido, o hemos estado aislados, y eso nos ha dado una sensación de desamparo.

No estamos solos: nuestro Poder Superior está siempre con nosotros.

Podemos recurrir a nuestros compañeros en el Grupo de apoyo, y a muchas personas que están a nuestro alrededor para recibir orientación, aliento, soporte, afecto.

Es necesario arriesgarnos a pedir esa ayuda y aceptarla cuando nos la brinden.

Si nos la niegan, reconocer que esa persona no está en el momento de dar. Tal vez ella, o él, también requiere apoyo, lo que confirma que no nos está rechazando, si no que no sabe o no puede dar ayuda. Busquemos a otra persona sin caer en la posición de víctima.

Cuando estemos viviendo en armonía con nosotros mismos, con el universo, con el amor, con la espiritualidad, los amigos llegarán.