# YO ME QUEDO EN CASA (29)

Ya hay investigaciones de empresas especializadas sobre los efectos del confinamiento y el trabajo en casa que el coronavirus ha traído consigo. Va a ser muy interesante analizar el impacto físico, emocional y psicológico que el estar encerrados en el hogar nos ha generado.

Claro está que hay muchos factores aleatorios en el “encierro”, que puede variar desde permanecer en un departamentito de 30/40 metros, o en una residencia de 600 metros cuadrados con jardín y piscina, así como el número de personas que se ven obligadas a convivir las 24 horas del día,. El tener o no un espacio para el teletrabajo donde no te molesten los ruidos de la vida cotidiana del hogar, la disponibilidad de varias computadores para que niños y adultos hagan sus tareas, en fin, son un sinfín de situaciones distintas que van a mostrar diferentes resultados.

Considero que el impacto más fuerte va a ser el psicológico. ¿Por qué? He aquí algunas razones:

  • Por el hecho de haber bajado la velocidad compulsiva que nos llevaba a correr todo el día tras un reloj que no nos daba para hacer todo lo que “debíamos” hacer.
  • Ver con unos ojos distintos a las personas que viven con nosotros, a quienes las mirábamos tras una etiqueta y no como una persona. Esposo, hijos, madre, hermano, compañero.
  • Descubrir que hemos estado trabajando en algo que no nos gusta, no nos motiva, no permite nuestra realización, solo por ganar dinero, estatus, poder.
  • Tener tiempo para recordar nuestros sueños, todo aquello que nos llenaba de ilusión, antes de entrar en una rutina conformista y aplastante.
  • Percatarnos del tiempo perdido que no hemos utilizado en abrazar, besar, alentar a nuestros seres queridos.
  • Constatar que tenemos la oportunidad de RENOVARNOS, y que esta crisis puede ser la oportunidad que la vida nos da para lograrlo.
  • Re-valorar todo lo que sí tenemos que no se compra con dinero
  • Re-aprender el concepto de nosotros, en lugar del tú y yo.
  • Agradecer a todos los que se incorporar a ese nosotros: médicos, enfermeras, personal de intendencia, seguridad, proveedores de alimentos, agricultores, etc., por no quedarse en casa y arriesgarse al contagio.
  • Sentir la presencia de Dios en los cambios que se están viendo en la naturaleza: una Venecia con aguas limpias, o animales silvestres atravesando las calles de grandes ciudades.
  • Constar que podemos DAR algo a los demás: paciencia, amor, tolerancia, respeto, cariño, reconocimiento, lo que antes olvidábamos hacer por la prisa que nos invadía siempre.
  • Poder ealuar qué queremos conservar y qué vamos a eliminar para seguir el viaje “ligeros de equipaje”
  • Tener la oportunidad de agradecer todos los días al amanecer, a Dios, la Vida, el Universo, el estar vivos, tener un cerebro que piensa, un cuerpo que nos permite caminar y movernos, un corazón que se llena de amor a cada instante.
  • Encontrar, a través de la meditación, o reflexión el SENTIDO DE NUESTRA VIDA: NUESTRA MISIÓN.

El impacto psicológico será positivo o negativo según manejemos nuestras emociones, procesemos nuestros sentimientos, creemos pensamientos positivos que nos permitan avanzar en todos los sentidos, y reforcemos nuestra espiritualidad cada día.

Ustedes tienen la oportunidad de elegir. Hoy es un buen día para hacerlo.

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