En algunas ocasiones, personas que tienen este complejo, como mecanismo de compensación, proyectan conductas opuestas a él. Veamos algunas:
- Pueden ser grandilocuentes, intentar ser líderes a como dé lugar, sin importar si el guiar a otros al fracaso o al desastre sea la única meta.
- Necesitan la palestra, que hablen de ellos (bien o mal)
- Es imperioso que los reconozcan, causar impacto (positivo o negativo).
- Por lo general son mitómanos: crean su fantasía, su delirio, y se lo creen a pie juntillas, hasta el punto en que esa mentira se vuelve su realidad.
- No reconocen sus errores.
- Cuando las cosas no salen “bien”, son los otros los “culpables”. Ellos son víctimas de unos padres tiranos, una pareja dominante, una institución restrictiva, un gobierno opresor.
- La responsabilidad no es uno de sus atributos.
¿Encuentran algún personaje público que encaje con este perfil conductual?
Cualquier parecido con alguien de la vida real es pura coincidencia.