Visita del Papa a México

Imposible no darse por enterada ante el despliegue periodístico, televisivo, radial, y demás medios de comunicación, han realizado sobre esta visita.

Me llama la atención la forma en que intereses políticos han querido intervenir en el manejo de la agenda del visitante, para que reciba a tal o cual delegación. No hace falta mencionarlos, son públicos y notorios para cualquiera con dos dedos de frente.

Una fuerte impresión me causa el que las personas quieran que hable sobre todos los males del país, como si el hecho de que Él los mencione fuera a cambiar la situación. Lo más que puede hacer es invitarnos, y acompañarnos a orar, para encontrar una salida, y aceptar, asumir, que la solución somos todos. Nada más.

Desde que lo nombraron Papa, me he manifestado como su fan por dos razones: la primera es que es jesuita, orden a la que admiro y reconozco como la más preparada de la iglesia católica, la que más ha luchado por la educación y FORMACIÓN de las personas, desde los indios que encontraron en México cuando llegaron, con los que practicaron el sincretismo y los enseñaron a SER, lo que ocasiono que Carlos III los llevara de mala manera a España de regreso, por ser peligrosos para la corona. Era mejor evangelizar y domesticar, que favorecer el que las personas pensaran, aprendieran a trabajar, y razonaran. ¿Les suena conocido?

Mi familia tiene mucho que agradecerle a los jesuitas a través de sus colegios, y yo estaré siempre agradecida por la guía espiritual que recibí en mi adolescencia y juventud de parte de algunos de ellos.

¿Quién no ha leído a Anthony de Mello o a John Powell? Dos jesuitas que a través de sus libros nos han ampliado el horizonte muchas veces. Del primero recuerdo: “Autoliberación interior”, “Sadhana o un camino de oración”, “El canto del pájaro”,”Un minuto para el absurdo”, “El manantial”, “Caminar sobre las aguas”, que, entre otros muchos, subrayados y ajados de tanto repasarlos una y otra vez, conservo como un tesoro.
De Powell me orientaron: “¿Por qué tengo miedo de decir quién soy?”, “Plenamente humano, plenamente vivo”, “El verdadero Yo en pie”, “El secreto para seguir amando”, “El enigma del Yo”, “Amor incondicional”, “A través de los ojos de la fe”, ninguno de los cuales tiene desperdicio tampoco, y que son fuente de consulta constante para mí.

He tenido el privilegio de tratar a varios sacerdotes jesuitas a cual más sabio y preparado, de los que he aprendido, sobre todo, su humildad y sencillez, mayor en la medida en que eran más preparados y cultos.

El Papa Francisco I practica la humildad: rechazó el oropel papal de vivir en un palacio lleno de pompa y adornos, para quedarse a vivir en la Residencia de Santa Marta, con la mayor sencillez, No usa los crucifijos cardenalicios llenos de rubís, brillantes y esmeraldas, que presumen nuestras eminencias mexicanas, y las de casi todo el mundo, para usar el más sencillo posible sobre su vestidura blanca.

Se enfrentó al dragón del Banco del Vaticano, a la pederastia dentro de los sacerdotes, a los tabús generados por intereses oscuros y ha hablado de todo y con todos.

Lo admiro, lo respeto, y le deseo larga vida para que pueda hacer mucho por la maltratada y desprestigiada iglesia católica apostólica y romana.

Por ello lo conmino a que se proteja. México es un polvorín en el que prevalecen muchas fuerzas ocultas a cual más nefastas.

Sé que le gusta tocar a la gente, acercarse a ella, quitar barreras y ubicarse frente a frente. Lo necesitamos vivo, no como mártir.

¡Bienvenido a México Papa Francisco! Mis oraciones estarán contigo para que Dios te proteja en tu visita a México.

Deja una respuesta

Introduce tus datos o haz clic en un icono para iniciar sesión:

Logo de WordPress.com

Estás comentando usando tu cuenta de WordPress.com. Salir /  Cambiar )

Foto de Facebook

Estás comentando usando tu cuenta de Facebook. Salir /  Cambiar )

Conectando a %s