NUESTRA SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO FRANCÉS
Así como lo hicimos con los Estados Unidos en el atentado contra las Torres Gemelas de Nueva York o el atentado en la Maratón de Boston, o con España cuando sufrió el ataque terrorista en los trenes, en esta ocasión enviamos un fraternal abrazo a los franceses.
Es vergonzoso que grupos extremistas se amparen en la religión para matar, destruir, dañar, causar dolor. No son fanáticos religiosos, son criminales de la peor ralea y no merecen consideración alguna.
El pueblo francés ha respondido con madurez y no está mostrando el pánico que buscan los terroristas. De cualquier manera, esos asesinos roban a toda la humanidad la seguridad de poder vivir de acuerdo con nuestras creencias sin hacer daño a los demás.