Renovación 301
Cuando vivimos en el miedo y la inseguridad, optamos por recurrir al control para sostener nuestra endeble personalidad.
A mayor control, mayor miedo.
Necesitamos controlar todo y a todos.
Recurrimos a querer tener el control absoluto sobre nuestro tiempo y el de los demás. Planeamos minuto a minuto lo que vamos a hacer y lo que los demás tienen que hacer, y si surge un imprevisto, nos enojamos y echamos a perder lo que habíamos avanzado.
Planear es positivo sin llegar a la manía. Ser flexibles y sabernos adaptar a los cambios cuando hay variables no previstas, es esencial para seguir en el camino trazado.
Poder establecer rutas alternas, o estudiarlas de antemano, puede ahorrarnos muchos dolores de cabeza.
“Sólo tenemos un camino de ida”
“El minuto que pasó ya no podemos volver a vivirlo”
“El tiempo es un recurso no renovable”
“El tiempo es oro”
Hay muchas frases y refranes conocidos sobre el tiempo. Tomar conciencia de su importancia nos facilita organizar nuestras tareas en el tiempo y el disfrutar al programar lo que vamos a hacer.
Coordinarnos con los demás es básico para una labor en equipo.
Ejercer presión o manipular el tiempo de otros es negativo y genera un malestar que, tarde o temprano, va a traer consecuencias negativas.