Octubre 23 del 2014

Renovación 296

Cuando “llueve mucho en nuestra milpita”, esto es, cuando se suceden los eventos dolorosos o negativos, uno tras otro, podemos sentirnos tentados a caer en la desesperanza.

Ese es un puerto de no regreso, es el fondo del abismo, y por ello no conviene permitirnos ser arrastrados hacia esa obscuridad.

Es indispensable tener esperanza en un mañana mejor.

Es básico tener la esperanza de encontrar una salida a nuestra situación por dolorosa que sea.

Dicen por ahí que “la esperanza es lo último que muere”, y nosotros con ella.

Perseverar y confiar en un orden universal que rebasa nuestro limitado entendimiento, puede llevarnos a encontrar el ¿PARA QUÉ? sucedió lo que nos tiene tan desolados.

Darle un sentido a nuestro dolor, nos lleva a darle un sentido a nuestra vida, un motivo para seguir adelante.

No vamos a esperar soluciones mágicas, milagrosas, inexplicables.

Vamos a movernos para generar resultados. Alguno habrá que calme nuestro pesar.

Trabajemos para tener Fe y Esperanza. Vamos a salir adelante.

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