Renovación 291
Cuando decimos “No puedo” ante una tarea realizable, que sabemos nos conviene hacerla, y para la cual tenemos las habilidades, conocimientos y demás recursos para realizarla, se trata de un autoengaño.
La realidad es que “No queremos hacer lo que decimos que no podemos hacer”
Es factible que una parte de nuestro cerebro admita que es conveniente realizar esa actividad, y hay otra parte que se niega a llevarla a cabo, y es necesario descubrir el para qué este auto sabotaje.
Por ejemplo, si decimos que vamos a buscar trabajo y pasan los días y semanas y no nos hemos contratado en ninguna empresa, lo más probable es que queremos buscar trabajo, no encontrarlo.
Tal vez haya muchas razones ocultas en el inconsciente tras ese para qué. Pensemos en algunas de ellas: ¿Para seguir dependiendo de los demás? ¿Para seguir en la posición de víctima? ¿Para castigar a algún ser querido? ¿Para no enfrentar un nuevo reto? ¿Para culpar a la situación o a los demás de lo que no tenemos?
Otro ejemplo: sabemos que seguir ciertas rutinas, ejercitarnos, tomar ciertos medicamentos con regularidad, leer en voz alta algunas premisas, puede beneficiarnos y “se nos olvida”, o decimos que “no podemos hacerlo”, la realidad es que hay una parte de nuestra mente que no quiere salir del estado enfermizo en que nos encontramos, y lo que conviene es encontrar el para qué lo hacemos. ¿Para no crecer? ¿Para no responsabilizarnos de nosotros mismos?
Vamos a asumir la responsabilidad de nuestros pensamientos, sentimientos y acciones.
Vamos a cambiar el “No puedo” por un “No quiero”. Así podremos saber para qué no queremos solucionar la situación adversa en la que nos encontramos, y resolver ese conflicto interno.
Cuando lo hayamos hecho, vamos a decir: “Quiero y puedo hacer esto o lo otro”.