Agosto 28 del 2014

Renovación 241

¿Por qué nos enfermamos?

Puede haber muchas explicaciones, y la más sencilla para mí, es que nuestro sistema inmunológico baja y nos convertimos en víctimas de bacterias, microbios, virus, que atacan nuestro organismo, en especial a un órgano o sistema que es vulnerable por factores genéticos.

La causa más común para que nuestras defensas bajen es un desgaste energético excesivo debido al estrés que nos imponemos, al que nos sometemos, o el que aparece tras un desastre natural o una desgracia intempestiva e imprevisible.

Hay situaciones que no podemos prever ni evitar, ante las cuales es necesario hacer acopio de toda nuestra energía para salir adelante, y tener la humildad, muchas veces, de pedir ayuda, por ejemplo, para manejar el estrés postraumático.

Lo que sí está en nuestras manos es el estrés que propiciamos en nuestra vida. Si nos dejamos presionar por una necesidad interna de pertenecer a cierto estatus, para lo cual se requiere una casa en determinada parte de la ciudad, un coche del año, vacaciones a los lugares de moda, vestir y alhajarse con lo más reconocido, asistir a restaurantes y lugares que confirmen nuestra posición social, vamos a vivir en una espiral consumista sin fin, y terminaremos pagando un precio en nuestra salud por ello. ¿Vale la pena ser el más rico del panteón?

Si nos sometemos a un desgaste energético brutal, porque sabemos que estamos viviendo una relación destructiva, una cotidianeidad en la que somos agredidos, verbal o psicológicamente, de forma sutil y continua, y no nos salimos de ahí, vamos a pagar un precio por ello en nuestra salud. ¿Vale la pena cargar con un apellido o un estatus social para mostrar que somos alguien, aunque el precio sea el dolor y la muerte?

El autoengaño requiere una enorme cantidad de energía, y ese desgaste causa que nuestras defensas biológicas bajen, y que nos volvamos vulnerables ante enfermedades, cada día más sofisticadas e innombrables.

Vamos a revisar cómo estamos manejando el estés.

Vamos a evaluar si lo estamos generando, o aceptando, en forma pasiva.

Vamos a aceptar ayuda si hemos vivido situaciones o eventos muy dolorosos o traumáticas.

Podemos vivir sanos si somos congruentes y asertivos, en primer lugar para decidir cómo queremos vivir.

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