Renovación 228
Puede haber personas que no nos acepten, tengan envidia o celos de lo que somos, tenemos, o hemos logrado.
Eso no podemos evitarlo. Lo que si podemos es impedir que su animosidad nos afecte.
Si permitimos que lo que piensen o sientan los demás nos afecte es porque estamos dándoles el poder sobre nuestras vidas.
Yo soy responsable de lo que pienso, siento, y de la forma en que actúo. Los demás, lo son de sus pensamientos, sentimientos y actos.
Mantener una distancia sana y practicar la asertividad cuando sea necesario hablar con ellos, evitará que el ambiente se enrarezca con su presencia.
Asumir nuestra responsabilidad en lo que sentimos y pensamos, y modificar lo que sea necesario para poder actuar en una forma asertiva y congruente, es indispensable para nuestra salud mental.
Incrementar nuestra autoestima reconociendo nuestros logros, nuestro esfuerzo, todo lo positivo que hay en nuestra vida, va a fortalecernos.
Aplicar la Inteligencia emocional en un ejercicio de empatía puede ayudarnos a comprender por qué somos el blanco de los celos o envidia de esa persona.
Finalmente, vamos a conectarnos con nuestra fuente de Poder interno: Dios, Poder Superior, Energía Universal, o como la llamemos, y vamos a enviarle a la persona afectada un pensamiento positivo o una oración, por ejemplo, al hablar con Dios podemos decir:
“Llena su corazón de paz”.
“Que la luz del entendimiento llegue a su mente”.
“Ayudala a que deje de sufrir”.
“Que encuentre el camino del amor y la armonía”.
El DAR nos conecta con las fuerzas positivas del universo y nos beneficiará en todos los planos.