Renovación 2015
Cuando caemos en la tentación de hacer trampa a los demás, estamos cometiendo un fraude contra nosotros mismos.
¿Qué es lo más relevante…
• la aprobación o el reconocimiento de los que nos rodean?
• un número en un papel que pruebe que “se mucho” de alguna materia?
• avanzar a como dé lugar para ganar la delantera?
• sentir que soy mejor que los demás?
• confirmar el dicho mexicano de “el que no transa, no avanza”?
• evitar conocer nuestras lagunas cognitivas, emocionales, psicológicas, espirituales?
Vale la pena evaluar cómo nos desempeñamos ante las crisis y los retos. Saber ser asertivos, honestos, íntegros, es una característica de la Inteligencia Emocional.
Modelamos a los que nos rodean: nuestros familiares, alumnos, pacientes, pupilos, vecinos, colaboradores, una conducta.
Modelar la excelencia significa ser auténticos y respetarnos para poder respetar a todo lo que nos rodea.
En los momentos de crisis, cuando requerimos contar con una mente clara y abierta, equilibrio emocional, además de una espiritualidad elevada, es cuando sale a relucir lo que hemos trabajado en nuestra formación.
En esos momentos, en que la diferencia de un minuto en nuestras acciones y nuestra actitud van a ser determinantes, no hay manera de hacer trampa, somos lo que somos.