Renovación 117
Es muy importante contener nuestros deseos de correr, de avanzar rápido, de tomar atajos para lograr lo que queremos.
Todo tiene su ritmo y su tiempo. Hay un dicho popular que dice: “Más vale paso que dure, que trote que canse”.
Por supuesto que al percatarnos que algo no está funcionando, o no está rindiendo los beneficios esperados, queremos enderezar el rumbo y modificar de cuajo todo al mismo tiempo.
Si en nuestras relaciones hay violencia y agresión física, verbal, psicológica o sexual, es necesario poner un alto definitivo a esa situación y cortar por lo sano.
En caso de que no sea así, es importante que sigamos nuestro proceso de renovación y nos hagamos responsables de nuestra persona, de lo que pensamos, sentimos y hacemos, y modifiquemos, renovemos, adquiramos nuevos hábitos, incrementemos nuestras fortalezas, y mantengamos un paso firme sobre la ruta que diseñemos en forma pragmática y objetiva, después de haber eliminado la contaminación emocional que, a veces, nubla el pensamiento y lo desvía del objetivo central que buscamos.
Poco a poco, sin aflojar el paso, con disciplina, tenacidad y perseverancia, vamos a llegar a nuestras metas en todos los roles de vida, de pareja, familiar, social y laboral.