Renovación 109
Hemos trabajado muchos puntos importantes en nuestro camino de renovación, y ello ha causado mucho movimiento interior, muchos sentimientos identificados y procesados, un esfuerzo constante de superación.
Vamos ahora a tomar un tiempo para el silencio.
Sí, el silencio. Vamos a acallar los mil ruidos que estorban nuestra comunicación interna, la más valiosa, la que llevamos a cabo con la misma esencia de nuestro ser.
Vamos a meditar si estamos entrenados para ello, y si no, vamos a relajarnos y encontrar el silencio que nos llevará a la paz interior.
Encontraremos un lugar y un tiempo en que podamos aislarnos de todo lo que nos rodea, incluyendo el teléfono. Si practicamos yoga, ya estamos acostumbrados a ello. Podemos permanecer sentados con la espalda recta, los pies sin cruzar tocando el piso, las manos con las palmas hacia arriba sobre los muslos, ojos cerrados, respiración profunda y acompasada, o podemos acostarnos en una superficie plana (el piso).
En ambos casos, vamos a evitar ropa que nos apriete, nos incomode o dificulte la circulación, así como usar objetos metálicos como aretes, pulseras, relojes.
Vamos a cerrar los ojos e ir desconectándonos de los ruidos externos. Es sorprendente la cantidad de ellos que no notamos cotidianamente, y vamos a dejar descansar a nuestra mente. No la vamos a dirigir a cierto espacio, sólo no vamos a aceptar los pensamientos que lleguen, sino a dejarlos ir con calma.
Poco a poco, llegaremos a una paz, una calma, un bienestar total, que nos permitirá renovar nuestras energías.