Renovación 105
¿Cuántas veces hemos escuchado decir que el placer está en el camino y no en sólo en llegar a la meta? Es probable que muchas, y también es probable que no hayamos permitido que el contenido de esta premisa forme parte de nosotros.
Cuando nada más pensamos en la meta final, todo lo que hacemos es esforzarnos cada día en lograrla. Por ello sentimos que vamos despacio, que no avanzamos, que falta mucho.
En cambio, si tomamos conciencia de cada paso que damos y disfrutamos el darlo, al mismo tiempo que disfrutamos todo lo que nos rodea, si lo hacemos felices por poder caminar, por haber tenido un logro, sin importar el tamaño, nos vamos a sentir muy bien.
Un ejemplo sería comparar nuestra actitud si decidimos entrar en una competencia para correr 1 kilómetro. Podemos mentalizarnos y decir: ya llevo la tercera parte del camino y me siento bien, el clima está agradable y ya recorrí la mitad, y seguir enfatizando lo que ya logramos, no lo que nos falta. El énfasis está en lo positivo, en lo que ya hicimos, en lo que tenemos, no en lo que nos falta para llegar a la meta, donde vamos a sentirnos bien. Es el sentirnos bien todo el camino.
Vamos a ser felices con los logros, grandes o pequeños, que vayamos teniendo.
Vamos a ser felices cuando paremos a recuperar fuerzas.
Vamos a ser felices por estar aquí y ahora, vivos y en el camino.