Renovación 81
Hemos hablado de hacernos responsables de la forma en que nos relacionamos con nuestros familiares y conocidos, y tomar decisiones sobre poner límites o alejarnos si la relación es destructiva y nociva.
Esas decisiones se basan en un análisis objetivo, asertivo, pragmático de la personalidad de cada uno y sus acciones. No nos inclinamos por una opción determinada porque la otra persona “me cae bien” o es simpático, ni por lo opuesto en el caso de que alguien nos sea muy antipático.
El análisis que realizamos es objetivo, no subjetivo, por lo tanto no hay emociones ni sentimientos involucrados en la toma de decisiones.
Si una persiona vivió muchos años en un matrimonio disfuncional y formó una familia disfuncional, en la que fue víctima de abuso emocional y psicológico, no es suficiente con alejarse sin tomar acciones definitivas para poder mantener un vínculo enfermizo con el conyuge, y pasar 10 o 15 años “separada”. Se requiere una ruptura total, un divorcio físico, legal, moral, mental, económico, intelectual, emocional, social, sexual, para cerrar ese ciclo, extraer el aprendizaje inherente a esa etapa, vivir y elaborar el duelo de pareja, y seguir avanzando sin ningún lastre emocional al respecto.
Otro ejemplo, si uno de nuestros amigos comete varios delitos de fraude, estafa o robo, no es sano seguir esa relación y “sermonearlo” para que cambie, y mucho menos «prestarle» dinero a cada rato (el cual ya sabemos no nos va a pagar), para que cubra algunas deudas, porque con esto estamos favoreciendo que siga en su patología y no aprenda de las consecuencias negativas de sus acciones negativas.
Darle a conocer algunas instituciones o especialistas que le puedan prestrar apoyo para rehabilitarse puede ser útil, y eso es todo. Nos alejamos de él, o de ella, y no invertimos nuestra energía en andar de “salvadores” de una persona que no quiere salir adelante ni enderezar el rumbo, ni utilizamos nuestro dinero en reforzar patologías ajenas.
“Voy a analizar en forma objetiva si estoy jugando a ser salvador o salvadora de alguien que no quiere modificar los patrones de conducta erróneos que está siguiendo”