Pensar en forma positiva cambia nuestro metabolismo y toda la química de nuestro cuerpo, y es algo que podemos decidir hacer a cualquier hora, cualquier día y en cualquier lugar, además de que es gratuito: NO NOS CUESTA NADA.

La psicología positiva viene desde tiempos remotos (Aristóteles) y fue propuesta a finales de 1990 por Martín Seligman, de la Universidad de Pennsylvania, USA, quien habla de la creatividad, la inteligencia emocional, la sabiduría, la felicidad, la resiliencia, la alegría, el amor, el optimismo, etc.

Está comprobado que podemos funcionar mucho mejor y tener más logros, si utilizamos el camino positivo para programar nuestra mente y relacionarnos con los demás.

Cada vez que aparezca un pensamiento negativo, pon en su lugar uno positivo. No se trata de luchar contra el pensamiento negativo, si lo haces, sólo le darás más fuerza y lo arraigarás más. Es necesario introducir un pensamiento positivo, el que puedas, el que se te ocurra. Se trata de cambiar de pista, de ruta, de utilizar, o crear, otras redes neuronales.

Haz una lista de las habilidades y cualidades con que cuentas para lograr tus objetivos, por ejemplo: soy inteligente, hábil, persistente, triunfador(a), honesto, valioso, sano, flexible, etc., y repítelas cuantas veces puedas. Cuando venga un pensamiento negativo, rememora una cualidad y la vivencia en que la aplicaste. ¡Te vas a sentir muy bien!
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