Enero 6 del 2014

¡A comenzar la semana!

Estamos pasando las “cabañuelas” que, según algunos diccionarios es el cálculo que hace la gente de los pueblos, sobre la base de las características del clima en ciertos días, en especial los primeros días del año, para pronosticar el clima de todo el año.

No se conoce con exactitud el origen de esta tradición, aunque se dice que surgió en el Zamuc o “Fiesta de las Suertes” del calendario babilónico, cuya versión hebrea sería la “Fiesta de los Tabernáculos”, en la India también tenían doce días a la mitad del invierno para vaticinar las condiciones del clima venidero. Entre los mayas, cuyo calendario constaba de 18 meses de veinte días cada uno, más cinco días adicionales, los primeros 18 días de enero servían para cada uno de los meses, y los dos días restantes servían para predecir otros eventos, el décimo noveno para pronosticar el tiempo del solsticio de verano y el vigésimo, para el de invierno.

De acuerdo con eso, al día de hoy le corresponde el mes de junio, será cosa de observar cómo evoluciona el clima durante el día aquí en México. Por lo pronto, los primeros meses serán fríos, con aguaceros en algunas regiones. A cuidarse por aquello de que “enero y febrero, desviejadero”.

¿Qué tal si vemos las cabañuelas de nuestro estado de ánimo? Ya sabemos que a toda acción hay una reacción, aunque la acción sea la de no hacer nada, lo que finalmente es hacer algo. Nosotros podemos incidir en la forma en que nos sentimos, a diferencia del clima. Podemos prever que vendrán tiempos difíciles en lo económico, político, laboral, social, y que ello va a “movernos el piso”. Podemos saber si lo que estamos introduciendo en nuestro proceso de renovación va a requerir una entrega total y mucho valor, o si será algo fácil y llevadero.

Lo importante es responsabilizarnos de lo que pensamos, sentimos y hacemos. No somos seres reactivos, podemos ser proactivos, esto es, provocar las acciones que nos convienen sin esperar a que las cosas vengan por sí mismas.

La situación en general se estima será difícil y poco podremos hacer por cambiarla, lo que si está en nuestras manos es responsabilizarnos de lo que hagamos ante este reto.

Quejarnos mientras nos quedamos deprimidos, derrotados, no es una solución. Si yo no puedo cambiar una situación negativa o dolorosa, si puedo modificar la forma en que reacciono ante ella. Es mi decisión como me siento ante lo que pasa.

¡Adelante! ¡Tú puedes ser el dueño de tu vida!

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