Así se le llama a la noche del 31 de diciembre en muchos países. Vamos a ver cómo podemos aprovechar este día para favorecer nuestros propósitos de mejorar, eliminar lo negativo de nuestra vida, atraer el bienestar y la prosperidad.
Mi premisa en este sentido es que no nos va a caer nada del cielo porque sí, porque lo pidamos y ya. Nosotros podemos atraer cierta energía, podemos sintonizar y armonizar con la energía positiva, o permanecer inconscientemente en el lado negativo de la vida. No creo en el esoterismo, creo en la ciencia pura del impacto del observador sobre lo observado.
Vamos entonces a aprovechar ciertos rituales populares para lograr sentirnos mejor y favorecer el flujo de la energía positiva en nuestras vidas.
• Asumo que ya eliminaron de su casa, de sus closets, de su cocina lo que no usan, lo que no sirve, lo que no van a utilizar en el futuro, ya sea que lo hayan regalado o tirado. Por ejemplo, hay personas que guardan un radio descompuesto por años, diciendo que pronto lo llevarán a reparar. ¡Circúlenlo!
• Tiren las tazas despostilladas, los platos descarapelados, los sartenes viejos, y saquen los que guardan para las visitas. Ustedes son las visitas más importantes en su vida. En el panteón de nada le va a servir el haber guardado la vajilla de Bavaria, el cristal cortado, para “apantallar” a sus visitas durante una vez al año. Disfruten lo que tienen, si se rompe, no importa, para eso son las cosas. Lo importante es el goce que tuvieron al haberlas utilizado y sentirse como reinas.
• Ahora, vamos a barrer la casa, empezando por el lugar más alejado y dirigiéndonos hacía la puerta de la calle, con una escoba nueva, al mismo tiempo que visualizamos cómo estamos eliminando cualquier vibración negativa que pudiera haber en ese espacio. Cuando acaben, recorran el espacio con una varita de incienso, una veladora blanca encendida, un recipiente con agua hirviendo con canela, etc., mientras visualizan como el lugar se llena de paz.
Hay algunos rituales para esa noche que hemos hecho en mi familia, les compartiré algunos:
• Nos vestimos con un traje o vestido elegante, listos para recibir al huésped de honor: el Año Nuevo.
• Sentados frente a la chimenea encendida, o en la sala, cada uno escribe en un pequeño papel todo lo negativo que quiere quitar de su vida. Dependiendo del nivel de apertura y compromiso que exista en la familia, cada uno quema en un recipiente seguro su papel, después de leerlo en voz alta o en silencio.
• Tomamos una vela y el más pequeño la enciende y comparte sus deseos para el próximo año para él, para su familia, para su comunidad. En seguida le entrega la veladora a la persona que está sentada a su derecha, diciéndole: “Comparto la luz contigo, que ilumine tu vida y tu camino”. Y así hasta que todos han recibido y dado la luz.
• Comemos las doce uvas al sonar las doce campanadas.
• Prendemos una vela blanca para que nos acompañe todo el tiempo, hasta que se termine.
• Sacamos a pasear una maleta para salir de viaje.
• Barremos el frente de la casa con una cubeta de agua para alejar lo negativo de nuestras vidas.
• Nos abrazamos y deseamos lo mejor con toda sinceridad.
• Antes de la cena formal, comemos dos cucharaditas de sopa de lentejas para que haya alimento en abundancia en nuestras vidas.
• He regalado costalitos con las semillas y diversos símbolos de amor, dinero, paz salud.
• En una ocasión, les hice una “limpia” a algunos invitados y les funcionó. Lo importante es la fe y la convicción de que van a poder triunfar en lo que se propongan desde lo más íntimo de su ser. No es recomendable jugar con este tema.
• Si hemos estado en la playa, escribimos lo negativo que queremos alejar de nuestras vidas, lo quemamos y tiramos las cenizas al mar. También hemos depositado en el mar una flor blanca, o un ramo, o una pequeña ofrenda, para dar las gracias por lo recibido y unirnos a la energía positiva infinita que une todos los océanos. Se puede comprar una pequeña trainera, chalupa o barco de madera y colocar una veladora y las flores en él para depositarlo en la orilla del mar, tal como lo hacen en Río de Janeiro en la ceremonia para Yemanyá, la diosa del mar. Vean videos sobre esta ceremonia.
Todo esto lo hacemos vestidos de blanco, mientras muchas veladoras encendidas colocadas sobre la arena, iluminan nuestra ceremonia. Si el clima lo permite, entramos al mar hasta que cubra nuestros tobillos y visualizamos como se lleva la ola las toxinas de nuestro organismo y lo negativo de nuestra vida, y cómo nos llena de energía universal positiva al acariciarnos con la ola entrante.
Esto lo hicimos en la Playa de Progreso el fin de año pasado y, lo pensamos repetir tan pronto como se pueda en enero.
Ya tienen algunas ideas. Hay cientos alrededor de este tema, desde el color de los calzones, hasta rituales culturales por país, religión, zona. Decidan cuáles quieren practicar y recuerden que lo importante es el apasionamiento y compromiso con que los lleven a cabo. Tienen un día para conseguir lo que necesiten para su ceremonia. ¡Suerte!