¿Quién fue Lou Gehrig?
Hijo de emigrantes alemanes, nació en Nueva York el 19 de junio de 1903 y murió el 2 de junio de 1941 (casi 38 años). Logró una beca deportiva y poco antes de cumplir 20 años debutó con los Yankees de Nueva York. Destacó a los 23 años y en 1927, junto a Babe Ruth, formó una de las parejas de bateadores más temidas de todos los tiempos.
Es conocido por el récord de 2 130 juegos consecutivos, mismo que se mantuvo por 56 años, el mejor primera base de la historia, ser el jugador más votado en la elección del jugador del siglo XX, el sexto mejor según la revista Sporting News, por su apodo de “El Caballo de Hierro”, por su personalidad de hombre de familia, y por la enfermedad que lleva su nombre.
Cuando Lou Gehrig enfermó de una misteriosa enfermedad degenerativa e irreversible, tal vez la más grave de las que afectan al sistema nervioso central, ya que causa un deterioro progresivo de las células nerviosas, la parálisis y la muerte, no se había diviulgado mucha información sobre la Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), por lo que se le conoció popularmente con el nombre del famoso jugador.
Otra de las razones por las que es recordado este magnífico jugador de beisbol, es su discurso de despedida del equipo de los Yankees de Nueva York en 1939, un año después de que le habían diagnosticado la enfermedad, ya casi sin fuerzas en los brazos para sostener su trofeo. Sus palabras se consideran el mejor y más breve discurso de despedida desde entonces. Como creo que vale la pena, desde el punto de vista tanatológico, leerlo muchas veces y dejar permear su posición ante la enfermedad y la muerte, lo transcribo en forma textual:
“Amigos, las últimas dos semanas han estado leyendo acerca de la mala suerte que tengo. Sin embargo, hoy me considero el hombre más afortunado en la faz de la tierra. He estado en estadios de béisbol durante diecisiete años y nunca he recibido nada más que la bondad y el ánimo de los aficionados.
¡Miren a estos hombres magníficos! ¿Quién de ustedes no lo consideraría el toque de luz de toda su carrera el asociarse con ellos para un día de uniforme? Estoy seguro, soy afortunado. ¿Quién no consideraría un honor haber conocido a Jacob Ruppert? También, al constructor del imperio más grande del béisbol, Ed Barrow. Haber pasado seis años con ese compañero maravilloso, Miller Huggins. Luego, haber estado nueve años con ese líder excepcional, ese estudiante elegante de la psicología, el mejor entrenador del béisbol de hoy, Joe McCarthy. Seguro, soy afortunado. Cuando los Gigantes de Nueva York, equipo que golpearía tus brazos derechos y viceversa, te envían un regalo, eso significa algo. Cuando hasta los jardineros y los niños en batas blancas te recuerdan con trofeos, eso es algo. Cuando tienes una suegra maravillosa que toma partido contigo en las disputas con su propia hija, eso es algo. Cuando tienes un padre y una madre que trabajan todas sus vidas de modo que puedas tener una educación y construir tu cuerpo, eso es una bendición. Cuando tienes una esposa que ha sido una torre de fuerza y ha demostrado más valor de lo que soñaba existía, eso es de lo mejor que conozco. Así que termino diciendo que pude haber dado un mal paso, pero tengo un montón de cosas por que vivir. Gracias”.
Consultar:
http://www.lougehrig.com
http://www.wikipedia.org
http://www.terra.com
http://www.elpais.com
http://www.baseball-reference.com
http://www.baseballhall.org/hof/gehrig-lou