El año escolar terminó y fui invitada a una fiesta de fin de cursos, donde me tocó ver a los mismos niños protagonistas estelares que en el festejo del 10 de mayo pasado. ¿los recuerdan?
Estaba el “guapito”, muy bien peinado a la antigua, con rayita al lado y mucho gel, impecablemente vestido, con su discurso aprendido de pe a pa, el cual se llevó la banda de honor, el primer lugar en todo y más estrellas que un general americano en retirada. La mayoría lo criticaba, pero no se atrevían a hacer nada porque sus papás son “fuertes” en la escuela, presiden la Asociación de padres de familia, donan mucho dinero, etc. Tibios aplausos.
La niña modosita, bien vestida y no estaba maquillada como payaso como en el festejo materno, dijo su discurso con voz “flat”, aunque echó algunas indirectas a los que les llevaban regalos a los maestros y hacían trampas en las pruebas. Se llevó el segundo lugar. A muchas personas les daba ternura verla y comentaban que ella era honesta y en verdad estudiaba, no compraba los resultados. Cálidos aplausos de una tercera parte de los asistentes.
El rebelde, el que acusó la vez pasada a todos y se quejó de todos, dijo un discurso que no tenía nada que ver con la ocasión, pero que cumplía la premisa de “divide y vencerás”. Se ve que sabe que si buscas un “enemigo común” que atemorice a todos, vas a volverte un líder popular y podrás manipular al grupo. La amenaza era los exámenes de la SEP a los maestros, porque podrían causar un gran daño si los declaraban incompetentes. ¿Quién iba a dar las clases? ¿Qué iban a hacer los padres con los hijos todo el día en casa? ¿Cómo pasarían de año los pequeños que sí quisieran estudiar? Fuertes aplausos, no sólo de los padres, si no de los maestros y personal administrativo.
El “nerd” no falló, atildado y con sus rizos, dijo un discurso lleno de cifras huecas, dijo que él era de los que si estudiaba y felicitó a las autoridades de la escuela y a los padres por estar ahí. Aplauso insignificante de una minoría de seudo- intelectuales.
“Infancia es Destino” es el título de un libro del Dr. Santiago Ramírez (1921-1989), Ed. Siglo XXI, Mex., en el que analiza cómo influye el entorno y la familia en la formación de los niños. Tiene otros libros muy interesantes como “El mexicano: psicología de sus motivaciones” que lleva 18 ediciones, “Psicología de la función procreativa” Ed Pax-México.
Tengan cuidado al comprarlos, el Dr Ramírez es un eminente psicólogo y todos sus libros valen la pena, pueden comprarlos con la seguridad de su valor didáctico, pero hay una autora snob que “le pidió prestado el título de “Infancia es Destino” para ponérselo a una recopilación muy selectiva de algunos personajes públicos. Ese no lo recomiendo.
Volviendo a los niños líderes del festejo de fin de curso, no se requiere mucha imaginación para especular sobre lo que van a hacer cuando “sean grandes”. Ya están en el redil. Dudo mucho que cambien en el camino. ¿Ustedes qué opinan sobre ello?