Hoy hace tres meses empecé la aventura de escribir este blog y he estado presente todos los días con alguna aportación. Quiero agradecer las miles de visitas que he tenido porque han sido una motivación muy grande para continuar en este espacio.
Hoy, día de San Jorge (Sant Jordi), día del libro, quiero enviarles una rosa virtual con todo mi reconocimiento, ya que no puedo regalarles un libro.
El otro día, una de mis nietas que vino de visita a mi casa me preguntó por qué tenía tantos libros y si los había leído todos, a lo que contesté que sí y que muchos de ellos, no una vez, sino muchas.
En mi estudio, todas las paredes están cubiertas de piso a techo, con estantes saturados de libros de consulta sobre mi profesión (psicología, magisterio, tantatología, administración); una de ellas con algunas “joyas” que guardo con mucho cariño, como libros de Somerset Maugham, Jan Valtin, Giovani Papini, Thomas Man, Lin Yutan, Lobsan Rampa, Mika Valtari, Kafka, Albert Camus, Simone de Beauvoir, Balzac, Bocaccio, Hausser, Nietzsche, M. Yourcenar, D.H. Lawrence, Stenhal, Balzac y muchos más autores clásicos.
Otra tiene mis libros en Francés e Inglés, porque hay algunas obras que pierden al ser traducidas (leer a Stieg Larsson en francés fue una delicia), además de los más reconocidos autores mexicanos, españoles y latinoamericanos. En otra habitación tengo mis libros de arte y pintura, museos y colecciones especiales, viajes, gastronomía, etc.
Le expliqué a mi nieta que para mí, tocar el libro, sentirlo, era un placer muy especial y quedé sorprendida cuando me dijo que a ella le pasaba lo mismo (13 años), ya que, aunque tiene su kindle y su Ipad, le gusta más sumergirse en la lectura en un libro de papel.
Hace tres años, más del 70% de los libros que había yo acumulado a lo largo de los años (una de mis hijas lee 2 a la semana y me los regala después), se los di a un grupo de voluntarios que han formado clubes de lectura en los reclusorios (cárceles), adonde van cada quincena para tener reuniones con ellos y comentar los libros, aclarar sus dudas, ampliar información sobre los autores. El compartir mis libros con esa población es muy gratificante.
Es importante fomentar la lectura en los niños desde pequeños, por ejemplo, uno de mis nietos (3 años) se sabe el cuento de memoria, toma el libro y pasa el dedo índice, renglón a renglón, como si estuviera leyendo, mientras lo va narrando. Va a leer mucho cuando crezca. En cambio, algunos de mis sobrinos no leen ni los titulares de los periódicos y como ellos hay muchas personas mayores.
¿A ustedes les gusta leer? ¿En formato digital o, como yo, a la antigüita?