Nobleza obliga

Acabo de leer el mensaje que dio el rey de España,  D. Juan Carlos, ayer al salir del hospital caminando por su propio pie. Fueron tan sólo 11 palabras: “Lo siento mucho. Me he equivocado y no volverá a ocurrir”.

Aún en estos tiempos, es algo insólito que un monarca pida disculpas en una forma tan franca, directa y sencilla.  Algunos rectifican su conducta, como lo hizo la reina Isabel II quien tuvo que hacer a un lado su arrogante posición ante la muerte de su ex nuera, la princesa del pueblo, Diana de Gales, en un accidente automovilístico cuando la perseguían los paparazzi en París, Francia.  La reina tuvo que bajar a ras de piso y salir a ver (para ser vista) las miles de ofrendas florales que había frente al palacio de Buckingham; ceder en parte con lo de la bandera y decir unas tibias frases para cubrir su ausencia y silencio anterior.  Hace poco, el rey de Suecia pidió disculpas porque lo pescaron en una escapada a un club nocturno “pimentoso”.  En fin, no es usual que, aunque sea por estrategia, una testa coronada pida disculpas como cualquier otro ciudadano.

Ahora bien, “no volverá a ocurrir” ¿Qué? ¿Salir de cacería? ¿Matar animales? ¿Dejarse pescar?  ¿Caerse?  ¿Dejar solos a sus súbditos cuando la están pasando muy, muy duras? ¿Qué? Esta frase es ambigua y se presta a muchas interpretaciones.

Claro que ahora todo mundo va a quererlo disciplinar y aprovechar la coyuntura para llevar agua a su molino: los antimonárquicos van a aprovechar para pedir que se acabe ese régimen en España; los de asociaciones protectoras de animales, que se acaben las cacerías, los de izquierda, que se le reduzcan sus ingresos, se transparenten todos los gastos, se hagan públicas sus inversiones, gastos, dispendios, que declare impuestos como todo mundo, que no haya más “favores especiales” o nepotismo en sus actividades, que si uno de los miembros de la monarquía se porta en forma deshonesta, sea juzgado igual que cualquier hijo de vecino, etc. La derecha en el poder, experta en “torear” casos de corrupción (trajes de por medio o no) y en juicios “especiales”, ya verá cómo negociar para sacar alguna ventaja y “tranquilizar” al pueblo, tan a disgusto con que le estén recortando hasta el saludo y hará una misa televisada para que alguno de los obispos anacrónicos, obsoletos y fanáticos que abundan por ahí, aproveche la homilía para arremeter contra los gais, el aborto, la libertad de la mujer para trabajar, en fin, contra todo que no sea sumisión y resignación.

Por lo pronto, nobleza obliga: disculpa aceptada, reconocida, agradecida y a la espera de ver resultados.

Un pensamiento en “Nobleza obliga

  1. «es algo insólito que un monarca pida disculpas en una forma tan franca, directa y sencilla» porrr?????? acaso es necesario seguir hablando, dándole vueltas y que no se entienda?? disimular lo que quieres decir???
    Si quieres dar un mensaje, PARA QUE SE ENTIENDA y TODOS actuemos en consecuencia, por favor, sé franco, directo, simple. Digo para que se entienda y no quepa duda. Ser franco, directo, HACE que la comunicación fluya, digo, si es queremos entendernos…sino, sigamos como hasta ahora (hechos un desmadre).

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