Esto va dirigido a quienes están haciendo un recorrido turístico en algunas ciudades donde existan muchos templos, y puede valer para todos en un momento dado.
Hace muchos años, me enseñaron un ejercicio que he practicado desde entonces y he observado que da resultados. Por lo general visitamos los templos, sinagogas, pagodas, conventos, monasterios, etc., para admirar su construcción como una muestra de un determinado período (románico, gótico, renacentista, etc.) y disfrutar las pinturas y esculturas ahí presentes, por lo que nuestro acercamiento es estrictamente cultural y artístico.
La mayoría de los templos católicos y algunos de otras religiones, cuentan con una cúpula muy alta que está rematada por una cruz, En su interior se reúne la energía de miles de personas que van a orar, rezar, agradecer, pedir, o a buscar un espacio para contactar su espiritualidad. Esa energía no desaparece y, según dicen algunos estudiosos del tema energético, tiende a subir y se conecta a la cruz o figura externa de la cúpula, desde donde entra en frecuencia con la energía emanada de otros templos, en cualquier lugar del mundo en que se encuentren. Si dudan de esto, piensen en las ondas hertzianas de la radio que mencioné el otro día.
El ejercicio recomendado es situarse justo debajo de la cúpula, relajarse y concentrarse, extender los brazos con las palmas hacia arriba y “abrir” los canales receptivos para permitir entrar la energía que viene de todo el planeta durante unos minutos. Dar las gracias por esta energía y mandar un mensaje de amor para todas las personas que lo necesiten. Cerrar el candado energético y listo.
Yo lo he hecho en lugares como la cúpula de la Catedral de San Pablo en Londres, en donde es una experiencia única subir hasta el interior de la cúpula (259 escalones) a la Galería de los susurros y escuchar uno a 32 metros de distancia y, en el exterior, subir a la Galería de piedra (378 escalones) y si todavía se tiene aliento, subir hasta la Galería dorada (530 escalones).
Hice este ejercicio después de subir hasta el Cristo del Corcovado en Río de Janeiro, la estatua Art decó más grande del mundo ya que mide 38 metros, y me recarggué de energía ahí, lo cual es una vivencia muy especial.
Pueden hacerlo en algún lugar arqueológico, como el punto de cruce energético en Teotihuacán, o algunas ruinas que visiten. Recuerden: RECIBIR Y DAR es la clave.
Felices vacaciones.