En una ocasión comenté que en la ciudad de México debería existir un MARCHÓDROMO. ¿Cómo funcionaría? Si se establece un espacio muy amplio en las afueras de la ciudad, donde haya una explanada y unas oficinas que puedan alojar a representantes del Gobierno, podemos terminar con el daño económico, psicológico, turístico, mental y emocional que generan las marchas y manifestaciones hoy día.
Así, para cumplir el derecho constitucional a manifestarse, las entidades o grupos que se quieran congregar, solicitan una cita y se les otorga de inmediato, por lo que se envía a personal especializado de la dependencia oficial a la que compete recibir la protesta, o dar respuesta inmediata si ello es factible, a las oficinas instaladas en la explanada.
Los manifestantes tienen que desplazarse hacia el Marchódromo, por lo que se habilita temporalmente una línea de autobús para los que no puedan o no quieren ir a pie. Además hay que generar puestos de trabajo y activar la economía, para lo cual se otorgará permiso para que en el lugar se vendan sombreros, alimentos y antojitos frescos (no como los que regalan ciertos políticos que mandan a medio mundo al hospital), bebidas refrescantes, aspirinas, puestos de recuerditos como imágenes de la Virgen de Guadalupe hechas en China, a quien de paso se le puede construir una pequeña ermita para el que quiera aprovechar el viaje y “jurar por algo”, o algún otro detalle para recordar el día.
Como no hay edificios que pintar, tiendas que asaltar, los vándalos que aprovechan las manifestaciones se acaban. Todo se lleva a cabo en orden y con respeto, aunque haya policías especializados (con estudios de preparatoria, examen psicométrico y que no estén dados de baja en otras dependencias policíacas) para prestar ayuda y orientación a los manifestantes.
El evento se publicita y se atiende comprometidamente por el Gobierno, aún cuando sea una marcha ficticia para probar el poder político de tal o cual líder político. ¿Es una utopía? ¿No podría generarse una versión así o similar para protegernos a los ciudadanos que pagamos los platos rotos sin haberlos usado siquiera?